Educar
Educar es lo mismo
que poner un motor a una barca,
hay que medir, pensar, equilibrar,
y poner todo en marcha.
Pero para eso,
uno tiene que llevar en el alma
un poco de marino,
un poco de pirata,
un poco de poeta,
y un kilo y medio de paciencia concentrada.
Pero es consolador soñar,
mientras uno trabaja,
que esa barca, ese niño
irá muy lejos por el agua.
Soñar que ese navío
llevará nuestra carga de palabras
hacia puertos distantes, hacia islas lejanas.
Soñar que cuando un día
esté durmiendo nuestro propio barco,
en barcos nuevos seguirá nuestra bandera enarbolada.
que poner un motor a una barca,
hay que medir, pensar, equilibrar,
y poner todo en marcha.
Pero para eso,
uno tiene que llevar en el alma
un poco de marino,
un poco de pirata,
un poco de poeta,
y un kilo y medio de paciencia concentrada.
Pero es consolador soñar,
mientras uno trabaja,
que esa barca, ese niño
irá muy lejos por el agua.
Soñar que ese navío
llevará nuestra carga de palabras
hacia puertos distantes, hacia islas lejanas.
Soñar que cuando un día
esté durmiendo nuestro propio barco,
en barcos nuevos seguirá nuestra bandera enarbolada.
Gabriel Celaya
Para ser un maestro sólo basta con tener la capacidad de enseñar. Pero no necesariamente el rótulo es aplicable sólo a aquellos adultos que, uniformados con guardapolvo blanco, intentan educar y enseñar en un ámbito académico: todos, en cierta medida, tenemos la posibilidad de convertirnos en maestros de algún aspecto o ámbito de la vida.
Se puede ser maestro de escuela, o maestro artístico o maestro espiritual y, por qué no, maestro de la vida. Lo importante es convertirse en un modelo a seguir, cualquiera sea la disciplina desarrollada.
Lamentablemente, la figura del maestro escolar ha ido perdiendo valor con el tiempo, ser docente en la actualidad se ha transformado en una actividad desprestigiada y repleta de obstáculos a causa de los salarios insuficientes, la violencia escolar y la pérdida del respeto hacia los educadores, entre otros motivos.
Se puede ser maestro de escuela, o maestro artístico o maestro espiritual y, por qué no, maestro de la vida. Lo importante es convertirse en un modelo a seguir, cualquiera sea la disciplina desarrollada.
Lamentablemente, la figura del maestro escolar ha ido perdiendo valor con el tiempo, ser docente en la actualidad se ha transformado en una actividad desprestigiada y repleta de obstáculos a causa de los salarios insuficientes, la violencia escolar y la pérdida del respeto hacia los educadores, entre otros motivos.
Todos los dias de mi vida recuerdo a un gran maestro no sólo por su profesión, sino también porque fue el Maestro de mi vida, el que me enseñó, sobre los valores y los ideales.
La honestidad, era su forma de vivir y a donde voy pronunciar su nombre me llena de orgullo y me abre puertas. Amaba su trabajo, la docencia, a la cual le dedicó sus mejores años. Su vida fue sinónimo de rectitud, de buenos valores, de ética, de moral, de honradez, de respeto y su frase célebre era cada uno“cosecha lo que siembra”, en su caso cosechó sus siembras, y aún después de su partida, yo y mi familia seguimos cosechando todo lo que dió.
Mi padre, me marcó un rumbo en la vida y en esta época en que el mundo y la sociedad parece no encontrar un camino, un ejemplo a seguir… él no me dió riquezas materiales pero me dejó un gran tesoro: Su ejemplo de vida.
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